GESTIÓN INCLUSIVA DE LA REDUCCIÓN DEL RIESGO DE DESASTRES
Por su ubicación geográfica e insularidad, Cuba está expuesta a la ocurrencia de desastres de origen natural. Eventos extremos acontecidos en la última década —severas sequías (2012-2017), inundaciones (2018), huracanes (2012, 2016, 2017), tornados (2019)— han dejado un saldo de pérdidas millonarias al país y daños significativos en las comunidades y sus medios de vida. Las previsiones para el año 2050 como resultado del cambio climático muestran un clima más severo, árido, con mayor frecuencia de eventos hidrometeorológicos extremos, que provocará consecuencias negativas e irreversibles para comunidades, ecosistemas y sectores económicos del país. Desastres de otra índole, como los sanitarios o tecnológicos, también deben ser considerados; como la pandemia de Covid-19, que deja un fuerte impacto en la vida de cubanos y cubanas, y en la vida socioeconómica de la nación. Este escenario —actual y futuro— de multiamenazas, sumado a vulnerabilidades acumuladas y emergentes, plantea la urgencia de continuar fortaleciendo la gestión de riesgos de desastres.
La gestión de la reducción del riesgo de desastres es un proceso estrechamente vinculado a la construcción de resiliencia. Se orienta a conseguir que los gobiernos, los actores locales y la población alcancen un mayor conocimiento y control de los riesgos de desastres para prevenir y/o mitigar sus efectos, dar una respuesta rápida y efectiva, y lograr una recuperación sostenible. Es un proceso que no solo compete a los órganos de la Defensa Civil, sino a todos los actores socioeconómicos y la población.
Construir comunidades seguras y resilientes pasa por considerar las capacidades y necesidades diferenciadas de sus poblaciones, así como las causas que colocan a unas en situación de vulnerabilidad o desventaja con respecto a otras. No es casual que los desastres provoquen mayor afectación a grupos sociales con recursos y/o capacidades limitadas. Por ello, se hace necesario adoptar el enfoque de inclusión en las etapas de la gestión de riesgos (prevención, preparación, respuesta y recuperación), de modo que se asegure el reconocimiento de la diversidad, la garantía de derechos y la participación de las personas sin que sean limitantes la edad, el género, la discapacidad, la identidad u otra condición.
La gestión inclusiva de la reducción del riesgo de desastres (GIRRD) tiene el propósito de minimizar el impacto de los desastres teniendo en cuenta las vulnerabilidades relacionadas con la edad, el género, las situaciones de discapacidad, u otra condición. Así mismo, debe garantizar la protección y los derechos de todas las personas en las medidas de prevención, preparación y respuesta ante desastres. Busca asegurar la participación de las poblaciones vulnerables en el ciclo de gestión, e incidir en las determinantes estructurales de las vulnerabilidades, generando capacidades de resiliencia.
¿Qué cambios pueden lograrse mediante la gestión inclusiva de la reducción del riesgo de desastres, que redunden en una mayor capacidad para hacer frente a las crisis, las tensiones, y procurar el bienestar?
Entre ellos sobresalen: una mayor percepción de riesgo, conocimiento y preparación por parte de las comunidades y los grupos vulnerables para mitigar y enfrentar los desastres; una mejora de los sistemas de alerta temprana y un mayor acceso y uso de estos por las comunidades y grupos vulnerables; la existencia de mecanismos garantes de la atención a necesidades y capacidades de personas vulnerables en los planes de reducción de riesgos de desastres y en las medidas de respuesta y recuperación; la adaptación de las infraestructuras y la adopción de prácticas de gestión de agua, saneamiento, nutrición, sensibles a riesgos; la reducción de barreras que limitan la accesibilidad de personas con discapacidad durante la preparación, respuesta y recuperación a desastres; el fortalecimiento de redes comunitarias y/o de ayuda para apoyar a grupos vulnerables en la respuesta y recuperación; los ambientes libres de violencia contra las mujeres y las niñas, y mecanismos efectivos para su denuncia en etapas de respuesta y recuperación.
Fortalecer las estrategias para prevenir, prepararse y responder a los desastres y mitigar sus impactos desde un enfoque de inclusión, atañe tanto a las instituciones nacionales y locales con responsabilidad en la gestión de desastres, como a los actores sociales y económicos y las comunidades. Contribuir en esa dirección, brindando pistas desde la práctica de los proyectos e iniciativas implementadas al respecto en el país, es el principal propósito de los recursos de aprendizaje sobre la GIRRD que brinda la Plataforma.