GOBERNANZA PARA EL DESARROLLO LOCAL
Ningún actor puede comprender y responder por sí solo a los desafíos del desarrollo en un contexto de riesgos crecientes y cambiantes. El desarrollo resiliente demanda la concurrencia y el ejercicio colaborativo de los diversos actores de la sociedad (gubernamentales, sociales, académicos, empresariales). Construir resiliencia incluye edificar una gobernanza basada en relaciones horizontales, de confianza y cooperación entre los distintos actores, que permita diseñar y gestionar de conjunto las soluciones a esos desafíos.
Como proceso de cambio social orientado al desarrollo resiliente, la gobernanza precisa el despliegue de estrategias y capacidades de gobiernos, instituciones, organizaciones, actores económicos y ciudadanía, para asegurar que la toma de decisiones y la gestión sean procesos inclusivos, colaborativos, concertados y, en consecuencia, más acertados y justos en su respuesta a las necesidades y las aspiraciones de la población, y a los retos de cada contexto.
Se plantea la gobernanza como el punto de encuentro de dos componentes:
- Una institucionalidad que, a partir de una visión integral del desarrollo y del reconocimiento de la complejidad de las problemáticas que enfrenta, renuncia a visiones sectoriales y promueve la participación, concertación y articulación de actores. Crea canales y espacios que estimulen el diálogo horizontal y la participación informada, crítica y propositiva de los actores sociales en los procesos de desarrollo. Fomenta la transparencia, el acceso a la información y mecanismos de rendición de cuentas.
- Una ciudadanía activa, que participa, como sujeto colectivo y en articulación con otros actores, en procesos de cambio. Gesta e impulsa iniciativas transformadoras desde un activismo comprometido con el ejercicio pleno de sus derechos, la equidad y el desarrollo sostenible. Demanda y hace uso de mecanismos y espacios para participar de la toma de decisiones, y exigir el buen funcionamiento de la institucionalidad.
La convergencia de ambos componentes y el poder dinamizador de uno sobre el otro, son claves para el desarrollo de una sociedad cubana cada vez más plural. También lo es para la apuesta descentralizadora en Cuba, que vislumbra poderes locales con mayores competencias y autonomía para gestionar el desarrollo territorial. En esa transición hacia localidades cubanas más empoderadas, el fortalecimiento de la gobernanza local permitirá abordar mejor las potencialidades, vulnerabilidades y desafíos de cada territorio; sumando a más actores “a la mesa”, en función de diseñar y poner en práctica estrategias conjuntas para un desarrollo resiliente.
¿Qué cambios puede facilitar una gobernanza responsable, que incidan en una mayor capacidad local para hacer frente a las crisis, las tensiones, y procurar el bienestar?
Entre ellos resaltan el reconocimiento y adopción por parte del gobierno y las instituciones públicas de instrumentos y mecanismos participativos de gestión del desarrollo y de riesgos de desastres; la adopción de mecanismos de coordinación multinivel y de sistemas integrados de información en función de la toma oportuna de decisiones; las organizaciones sociales y ciudadanía con espacios y capacidades para participar e influir en los procesos de planificación y transformación local; las plataformas multiactorales e intersectoriales para construir estrategias, soluciones y aprendizajes orientados a la reducción de riesgos, vulnerabilidades y brechas; las alianzas público-privadas y las iniciativas de intercooperación para responder a desafíos y vulnerabilidades locales; los mecanismos de rendición y retroalimentación de instituciones sobre la gestión de presupuestos, estrategias y planes locales.
La apuesta por una gobernanza responsable en la gestión local y la construcción de resiliencia ha estado presente de modo focalizado o transversal en los proyectos promovidos por organizaciones cubanas con acompañamiento de Oxfam. En la Plataforma virtual se recogen historias, metodologías, herramientas y aprendizajes que son resultado de esas iniciativas. Sirvan estos recursos como punto de partida para continuar robusteciendo los procesos de gobernanza local, en función del desarrollo resiliente de los municipios cubanos y sus poblaciones más vulnerables.